La industria del reciclaje tiene un importante papel que desempeñar en nuestra transición hacia un futuro más sostenible. Sin embargo, garantizar el máximo rendimiento de la compleja maquinaria de clasificación y procesamiento plantea retos particulares para la lubricación.
En primer lugar, la constante afluencia de diferentes materiales -desde papel y plástico hasta vidrio y metal- crea un entorno altamente abrasivo que acelera el desgaste de los componentes críticos. En segundo lugar, las condiciones polvorientas y potencialmente húmedas pueden dificultar la lubricación manual.
La lubricación automática suministra cantidades precisas de grasa a intervalos preprogramados, lo que minimiza el desgaste de los componentes críticos y evita fallos inesperados del equipo que pueden interrumpir el proceso de reciclado.
Una lubricación constante favorece el rendimiento óptimo y el buen funcionamiento de las máquinas de clasificación y procesamiento y aumenta la capacidad de reciclaje de su sistema.
Al prolongar la vida útil de los equipos y evitar las averías, los sistemas de lubricación automática reducen considerablemente los costes de mantenimiento a largo plazo.
Los sistemas automatizados eliminan la necesidad de que el personal entre en zonas potencialmente peligrosas alrededor de equipos en movimiento o se suba a la maquinaria para lubricar, lo que reduce el riesgo de resbalones, caídas y lesiones.
Una aplicación precisa minimiza el desperdicio de lubricante y la posible contaminación en la planta de reciclaje, lo que contribuye a un funcionamiento más limpio y respetuoso con el medio ambiente.
Los sistemas de lubricación automática de Groeneveld-BEKA ofrecen una solución de alto rendimiento para sus sistemas de reciclaje